Yolanda y yo participamos del
compartir de la experiencia que las hermanas de la comunidad de la Casa del
Centro, madres mayores, vivieron durante todo el tiempo que estuvieron
elaborando su PAC.
Con una celebración litúrgica
concluyeron esta etapa en la que fueron plasmando toda una vida que ya están
viviendo y la quieren seguir impulsando, fortaleciendo y transformando, con la
conciencia que siguen recorriendo el camino de la opción que un día realizó
cada una como respuesta al llamada de Jesús el trabajador de Nazaret.
Cada una reconoció los pequeños
pasos que fueron dando en donde la escucha, el diálogo, las preguntas, los
aportes, el consenso, la libertad y las inquietudes de cada una tuvieron un
espacio de respeto y riqueza en esta construcción.
Reconocen además que esta dinámica
les permitió crecer en el reconocimiento y aceptación de la diferencia, el
momento que cada una vive, las realidades históricas, de salud y personalidad
propias... y todo como un reto para construir la fraternidad y ser fiel a la
misión.
Aparece fuertemente el gozo de
sentirse Consagradas Siervas de San José y en esta etapa de su vida siendo
fuente de sabiduría, oración y solidaridad con todos los proyectos y
comunidades de la Congregación.
Han estado acompañadas en este
proceso por una mujer, trabajadora social, que escuchándolas con el corazón
logró sacar toda la riqueza, experiencia, deseos, ilusiones que en cada hermana
estaban latiendo en el corazón… De ella las hermanas reconocen la pedagogía que
utilizó para facilitar la construcción del PAC y cuidó que todas las tareas,
presencias y proyectos que cada hermana tiene, estuvieran dinamizando el
proyecto apostólico comunitario.
Seguirá acompañándolas en el proceso
de implementación porque así se lo han pedido, para cuidar que este sea posible
en la cotidianidad. Dicen de Ana Beatriz que con su manera respetuosa logró
sacar de cada una el aporte y entre todas construir el camino que quieren
vivir.
Beatriz Montoya A. SSJ
Abril de 2013
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