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Acogida y Experiencia del Encuentro Europeo de TAIZÉ en Madrid

¡NO OLVIDEMOS LA HOSPITALIDAD! 






Ya en el mes de septiembre, cuando supimos que se celebraría en Madrid, del 28 de diciembre de 2018 al 1 de enero de 2019 el 41º encuentro europeo de jóvenes, organizado y animado por la comunidad monástica cristiana y ecuménica de la localidad de Taizé (Francia), nos dispusimos a tomar parte activa, tanto en la acogida a jóvenes en nuestra casa, como en asistir a los talleres, las reflexiones y la oración.

Desde la organización, habían previsto que los jóvenes voluntarios -ellas y ellos- llegaran a Madrid el día 25 de diciembre para trabajar en las diferentes tareas que preparaban la acogida a los 15.000 jóvenes que llegaban el día 28. Algunos jóvenes ya estaban desde septiembre visitando parroquias para animar al encuentro. 

En comunicación con las Hnas de San André, congregación que vive en Taizé, ofrecimos nuestra casa para acoger a doce chicas de diferentes países: Palestina, Alemania, Polonia, Francia, Letonia, Rusia y China. Estas jóvenes voluntarias, viven en Taizé, allí están haciendo una experiencia de comunidad, cada una de ellas lleva distinto tiempo, según su proceso personal. Desde la tarde del 25, que nos hemos reunido con ellas para recibirlas, hasta el día 3 que las despedimos después del desayuno, hemos vivido toda una experiencia de acogida, comunión y universalidad en la diversidad. 

La manera de funcionar de la comunidad de Taizé es en colaboración con las parroquias, por eso, desde el mes de septiembre, se había pedido a las familias poder acoger a las/os jóvenes en sus casas, sabiendo que vienen preparados con su saco de dormir y su esterilla para ocupar un rinconcito en el suelo. 

El día de la llegada, algunas de nosotras colaboramos en el momento de la acogida en la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, al ver que había algunas jóvenes que no tenían lugar, decidimos que vinieran a nuestra casa, de manera que sumaron doce chicas más para convivir con nosotras esos días. 

También estuvieron con nosotras nuestras hermanas junioras del Congo: Cecile, Nadine y Nicole, agradecidas por poder participar de la experiencia y nosotras felices de poder propiciarla. 

La casa se llenó de rostros jóvenes, ¡sonrisas, muecas, gestos y ademanes para expresarnos! Hemos disfrutado al escuchar y compartir los distintos sonidos y lenguas y nos hemos admirado de la creatividad de todas para hacernos entender. Gracias a nuestras hermanas de habla inglesa -Lillian y Cecille- que traducían e informaban, y gracias también a la buena disposición de todas, la diversidad fue una riqueza. 

Sentimos que la participación en este encuentro, para los jóvenes europeos y para quienes hemos asistido, ha sido una experiencia que, desde la oración y a través de la belleza de los cantos, la meditación, la reflexión y el silencio, hemos viajado a las fuentes de la fe y de la fraternidad, viviendo la hospitalidad de/con los habitantes de Madrid, y compartiendo la vida con personas que expresan su compromiso con el Evangelio de Jesús. 

La actividad de los talleres temáticos, brindó la posibilidad de vivir la escucha y el diálogo con personas y culturas diferentes, que antes no conocíamos y nos ha permitido vivir la experiencia de comunión. 

Cada tarde en IFEMA -amplio espacio en la Feria de Madrid- la oración final del día nos congregaba a todos en torno a la Palabra. Ese espacio tan amplio se llenaba no sólo de los jóvenes convocados, sino de muchas personas, familias enteras también, que estando en Madrid querían participar de esa experiencia. 

Cantos, peticiones, silencio contemplativo,…y las palabras del hermano Alois sobre la hospitalidad como valor fundamental para todo ser humano, que fue el tema elegido para este encuentro. 

“Nuestra vida es un don que hemos recibido y los demás son un don... Y nuestra propia identidad se construye a través de nuestras relaciones con los demás”, dice. 

Y en otra de sus intervenciones, explicó que “la atención a las solidaridades humanas es inseparable de la vida interior. Como creyentes, busquemos cómo renovar nuestra oración, practiquemos estar atentos al amor de Dios, en nuestros días y en nuestras noches. Esto nos hace capaces de acercarnos a los que son diferentes. Y para vivir esta apertura, es necesario escuchar a los demás” 

También formuló esta pregunta, que es de gran importancia: ¿Nuestros diálogos, tanto en la sociedad como en la Iglesia, no se resienten acaso por falta de escucha? Animando a comprender al otro y tomárnoslo como un importante compromiso. 

En otro momento reflexionó haciendo caer en la cuenta de que las personas e instituciones que en Madrid hemos acogido a estos jóvenes, siendo de distintas generaciones y desconocidas unas para las otras, la acogida nos ha permitido vivir la experiencia de comunión y de compartir tan enriquecedora, que nos ha alentado mutuamente a mirar el futuro con esperanza. Además esto nos muestra la realidad de que la confianza es posible entre las personas más diversas. 

Estaba previsto celebrar la llegada del año 2019 en las parroquias, con una oración por la paz, pidiendo por esa paz tan herida en demasiados lugares del mundo. Y a la manera española, con las 12 campanadas, a través de TVE, en directo desde la puerta del sol, nos tomamos las uvas y nos felicitamos el año nuevo, deseando desde hoy ser esa persona que abriga el corazón y deja siempre vivo el fuego de su voz para la vida de todas y todos. 

Siguió después la fiesta de las naciones, con cantos y bailes propios de cada país participante. Una muestra de la riqueza que somos en nuestras respectivas tradiciones y una llamada más a acogerla y respetarla. 

El día 1 de enero varias de las jóvenes se despidieron -alguna de madrugada- para salir a sus lugares respectivos, muy agradecidas por lo compartido, ellas y nosotras. Las voluntarias estuvieron todo el día recogiendo en IFEMA y en las parroquias los materiales utilizados en el encuentro, para dejarlo todo listo. 

Se había sugerido a las familias y parroquias que acogíamos jóvenes, que se tuviera la comida juntos, para agradecer, compartir lo vivido y despedirse. 

Algunas de las hermanas de la comunidad participaron de nuevo en la parroquia, repartiendo un rico cocido a las/os jóvenes que se albergaron allí. Y en nuestra casa fue en la cena el momento del compartir y agradecer. Vivimos un ambiente muy cercano, cómodo, joven,… ¡de familia! 

Al día siguiente, las jóvenes fueron a Ávila, invitadas por los hermanos de Taizé, a conocer la tierra de la santa castellana y el día 3, después del desayuno, salieron de regreso a Francia, pasando por Barcelona, donde tuvieron una oración en Santa María del Mar. 

Despedimos también a las junioras el día 3. Ellas recogieron su experiencia y la comparten: 

“Esta reunión fue para mí un tiempo para enriquecerme con las diferencias de otras personas, una reunión de comunión y unidad, acogiendo así la diferencia como un camino hacia la comunión. 

Un tiempo para vivir en comunión con Dios… vivir la sororidad, romper las murallas entre iglesias, religiones y pueblos a través del tema “NO OLVIDÉIS LA HOSPITALIDAD”. 

Cette rencontre était pour moi une occasion de se faire proche de cette humanité blessée, une opportunité de sentir plus la vocation chrétienne de vivre avec ceux qui sont tenus à l’écart, ceux qui sont rejetés…des petits et de pauvres ». 

CECILE KASONGO SSJ 

“Cuando Emilia me dijo que el equipo general nos invitaba a participar en el encuentro de Taizè me puse muy contenta, conozco TAIZE solamente por las canciones, nunca lo había vivido de cerca, por eso me dio mucha alegría, me he sentido bien y muy contenta. 

Contenta por la universalidad y diversidad, la amistad con quienes no conocía, hemos podido vivir en relación. Me da alegría porque no solamente había personas cristianas católicas sino que hay de otras confesiones. 

Las canciones muy bien, me ayudan a rezar, también las oraciones de intercesión en todas las lenguas y siempre se piensa en los países que estaba sufriendo, yo también en esos momentos pude rezar y pensar en los que sufren. 

Je suis tres contente pour ce moment partage avec ma communaute mais aussi avec la jeunesse d´EUROPE et celles d´Afrique que j’ai connu. ¡Me alegra! 

EKA NADINE SSJ. 

Para mí lo que he vivido junto con los jóvenes de diferentes países: oración, concentración, compartir la fe con gente joven, es un momento de alegría, y de poder conocernos. 

Je suis tres contente de participer avec des jeunes de diferente pays et religión pour partager la foi chretienne. 

NICOLE ILUNGA MUNTWABENE 

Así mismo nos alegra mucho haber coincidido en oraciones o talleres con nuestras hermanas de otras comunidades de Madrid. También alguna comunidad más ha acogido a jóvenes en su casa y, cuando nos hemos comunicado la experiencia, coincidimos en lo positivo que ha resultado para todas. Incluso el tema del idioma, fue para nosotras como un reto que supimos afrontar desde la acogida a lo diferente que nos enriquece y agudiza nuestra creatividad. 

Después del encuentro y de unos días de descanso, los hermanos de Taizè, las hermanas de San André y las/os jóvenes voluntarios que desde septiembre están en Madrid, están visitando de nuevo las parroquias participantes, y se han reunido con las familias que acogieron. Ellos explican que «… preparándolo juntos se genera ya un clima de peregrinación de confianza, de acogida y hospitalidad. Del mismo modo, hace falta recoger esa experiencia». 

Nosotras participamos en la parroquia y fue gratificante escuchar lo vivido, especialmente a familias y personas solas que se sintieron anfitrionas y han experimentado la confianza con desconocidos que ya no lo son después de lo vivido. 

También, la noche del 12 de enero, Siervas de san José de varias comunidades hemos participado en la oración de acción de gracias en la Catedral de la Almudena. Los testimonios de familias y jóvenes que trabajaron en la acogida en parroquias, colegios y casas, sigue siendo unánime en expresar la riqueza recibida. 

Uno de los hermanos, en esa oración, recordó que lo más importante y significativo, fue el reto de acoger personas desconocidas en nuestra casa y generar confianza. Si esto se logró, podemos anunciar que 

“otra manera de vivir es posible para este mundo nuestro: acoger al desconocido con confianza” 

Agradecemos experiencias como estas, que ensanchan nuestra tienda y nuestro corazón, y en época navideña, nos acercan aún más al misterio de la encarnación y la visita de Dios en Jesús. 


Comunidad-Taller Casa General 

Murcia 3 Madrid. 



Comentarios

  1. Gracias, Hermanas. por el compartir de las experiencias de acoger al grupo de jóvenes de Taizé y a nuestras junioras congolesas.

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  2. Comunidad san José - Salamanca16 de enero de 2019, 19:04

    Qué bonita experiencia de acogida y comunión en la diversidad. Muchas gracias por vuestra estupenda comunicación que nos ayuda a conocer algo de lo mucho que habéis vivido en esos días. Gracias por vuestra hospitalidad y acogida. Comunidad san José -Salamanca

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  3. María Pía. SSJ Perú17 de enero de 2019, 13:09

    Mil gracias por compartir esta experiencia de hospitalidad. Qué bueno vivir la comunidad "en salida". Gracias, hermanas de la Comunidad de la casa general por vuestro trabajo para hacer posible una acogida cálida y generosa.

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