Durante el mes de mayo las Siervas de San José de la comunidad-taller de Miramar hemos vivido una hermosa experiencia de convivencia y sororidad con la Compañía de María. Cuatro jóvenes novicias: Carolina, Daniela, Emilia y Leticia han venido a colaborar, integrarse, compartir vida y misión con nosotras en nuestro Hogar de Ancianas.
Para las ancianas, trabajadores, para ellas mismas y para nosotras ha sido una experiencia muy significativa de inter-congregacionalidad, apertura y gratuidad. Esta experiencia es continuidad de la que hace varios meses hemos vivido con la presencia entre nosotras de Ciria, también hermana de la Compañía de María, a la que estamos igualmente muy agradecidas. Tanto Ciria como las cuatro jóvenes nos han permitido conocer más de cerca su congregación y carisma, constatando que tenemos mucho en común. Las manos solidarias y dispuestas a trabajar nunca están de más en el Hogar y en estos tiempos aún son más necesarias. El trabajo que han realizado ha sido muy valioso, pues se han dispuesto a todo y han podido colaborar en diferentes tareas…
Pero lo más importante para todas ha sido la cercanía, el calor humano y la experiencia de comunidad ampliada, la familiaridad; la fe, la oración y el trabajo compartidos con profundidad y generosidad. Porque no solo ha sido compartir la mesa, las tareas o los ratos de recreo, ha sido realmente ser comunidad poniendo en común la vida con lo que nos afecta, ilusiona, preocupa, motiva, teniendo a Dios y al Reino en común.Sandra, que ha venido a hacer un año de voluntariado con nosotras y forma parte de esta experiencia de comunidad, las novicias y las hermanas hemos preparado para todos en casa una hermosa presentación de culturas.
México, Paraguay, Colombia y Cuba se mezclaron en una gran olla de culturas que todas disfrutamos a lo grande, entre bailes, videos, vestuario, fotos, la creatividad de cada una y la riqueza de nuestras raíces. Al terminar esta experiencia de gratuidad, como la Compañía de María la llama, nos ha quedado a todas un profundo sentimiento de gratitud. La frescura y la novedad de Dios a través de estas jóvenes han impregnado la casa y nuestra vida de alegría. Y nos han dejado con deseos de más…
Damos muchas gracias a Dios, a la Compañía de María y en particular a Ciria, Carolina, Daniela, Leticia y Emilia que han pasado por nuestra casa haciéndonos mucho bien.
Gracias!!!
Siervas de San José.
Hogar de Ancianas. Miramar
Cuba
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