Nuevamente nuestro Hogar se llena de color, alegría y fiesta con la presencia de jóvenes dispuestas a echar una mano, a colaborar en el cuidado de las ancianas. Esta vez son Virgen y Daniela, novicia y aspirante respectivamente de las Siervas del Corazón de María las vienen a formar parte de la gran familia que somos en el Hogar. Enviadas por su congregación a vivir esta experiencia que nos enriquece a todos, hemos pasado abuelas, trabajadores y hermanas, unos días muy especiales junto a ellas. La misión en esta gran obra, la vida, la Palabra de Dios y la oración, el trabajo y la mesa compartidos, las actividades y el contacto con las abuelas han hecho de esta experiencia algo muy bueno y significativo para ambas congregaciones. En el Hogar como en todo lugar de la Congregación hay de estos tres dones: trabajo, fe y amor. Lugar para el trabajo bien hecho, con dedicación y amor, para el cariño y las relaciones humanas, la formación que nos ayuda a crecer como personas y la relac...